Las fotos son reveladoras de momentos inspiradores, pero, también pueden ser reveladoras de momentos indiscutiblemente despreciables: es el caso del injustificable y cobarde acto de agresión a la mujer.
Sin que me quede ninguna reserva expreso el más profundo desacuerdo contra semejante acto de barbarie e inhumanidad, porque la mujer no tiene la capacidad física para enfrentar la agresión de un "hombre", pero, ¿hombre el que golpea a una mujer?, por eso a este abuso lo denomino "el acto más cobarde" y parece inapropiado verlo como abuso, pero sucede que muchas mujeres aguantan estoicamente los golpes de su pareja en la confianza de que algún día cambie, pero en lugar de cambiar, lo que se produce es agravamiento de la violencia, porque el hombre abusa de la confianza de la mujer de que llegue a cambiar.
Debe quedar claro: no es amor lo que siente un hombre hacia una mujer cuando la golpea, de manera que es inmadurez de la mujer caer en esa trampa de que la golpea por amor, por celos o por la razón que sea. Hay hombre muy hábiles en el uso de la manipulación y hacen creer a la mujer que esa agresión es amor, y, hay mujeres muy ingenuas que lo creen.
Ciertamente, la violencia en contra de la mujer tiene dos cosas que resaltar: la cobardía del hombre y, la cobardia de la mujer a denunciar al agresor por amor ciego o por razones de mantenimiento económico; lamentablemente, son muchas las mujeres que incluso "se acostumbran" a esa vida tormentosa.
Algunos hombres no le dan golpes a su mujer, pero, la someten a correazos cuando se enojan con ella por razones como la tardanza en la comida, o por celos con sus amistades: ¡es inaceptable!. Otros la humillan con violencia verbal, sometiéndola a insultos o vejaciones, creyendo que la agresión verbal escapa a la terminología de abuso de género. El hombre que cree que una mujer merece algún castigo de su parte "se equivoca", o, el hombre que cree que tiene derechos sobre una mujer para castigarla, "se equivoca".
La idea de esta publicación es crear conciencia en la sociedad de repudiar el abuso en contra de la mujer, y el camino es la denuncia del agresor, de manera que si la mujer no se atreve, quien sea testigo ocular de esos actos barbáricos debe hacer la denuncia.
El mensaje final es: