A veces pensamos que hay cosas que no nos pueden ocurrir a nosotros. A veces menospreciamos la compañía de nuestro cónyuge y, no es sino hasta cuando hemos perdido a nuestra pareja, cuando vemos el valor de persona de esa pareja. Igual ocurre cuando el esposo empieza a ausentarse y descuidar a su mujer, y, las consecuencias de ese arrogante descuido puede terminar en divorcio o en infidelidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario